Cuando en el año 2006 la fundación Juanjo Torrejón decide conformarse como una organización no gubernamental para ejercer una labor social de reinserción en el mercado laboral de personas con gran riesgo de exclusión social no preveía la creación de la lavandería solidaria. Es en el año 2012 cuando la situación económica del país provocó la falta de liquidez en las arcas de la institución por la pérdida paulatina de subvenciones y aportaciones de los socios lo que llevó a su creación.
El proyecto, que surgió como una idea de financiación propia a partir de la aportación de varias ideas para conseguirla, se puso en práctica después de ser consensuada por todos los socios de la organización y respaldada por profesionales del sector así como por economistas y abogados. La pretensión primera y principal por la que se crea la lavandería solidaria, como hemos comentado, es la de conseguir fondos para poder seguir con la función principal de la fundación que no es otra que la ayuda social a las personas que a ella acuden.
Al crear la lavandería se crean, paralelamente, varios puestos de trabajo que ayudan ya desde ese momento, ha salir de una posible situación de riesgo de exclusión social a las personas que los cubren. Por otro lado, colaboran en la preparación de estas personas para que, de necesitarlo, puedan ser competitivas en el mercado laboral del sector.
En el sentido más amplio de la expresión labor social, la lavandería solidaria colabora ampliamente al cuidado del medio ambiente con su sistema de trabajo, completamente respetuoso el mismo puesto que los elementos que utiliza para realizar sus actividades de lavado son totalmente biodegradables y la maquinaria tanto para el lavado, el secado y el planchado de la ropa de sus clientes son de bajo consumo, todo ello garantiza ese respeto, inculcándolo, al mismo tiempo, a su personal laboral.
Instalados en Madrid, Toledo y Aranjuez, el equipo humano de la lavandería solidaria se está consolidando como un conjunto de profesionales que ofrecen a sus clientes, ante todo, un trabajo responsable y una gestión impecable de sus servicios, dan fe de ello la creciente cartera de clientes con la que cuentan y el cada vez más conocido prestigio del que gozan en el sector. Son sus propios clientes los que destacan, además de su eficiente labor profesional, la gran calidad humana con la que cuenta su equipo al completo y de la que hacen partícipes a sus clientes, convirtiendo una relación que podría ser estrictamente profesional en un trato más personal y amigable.
Se puede considerar la lavandería solidaria como un claro ejemplo, una vez más, de la capacidad del ser humano de unir sus esfuerzos con un objetivo común además de la capacidad de la sociedad de reconocer las necesidades de los demás como propias y colaborar en equipo para que, de forma solidaria, dotar a las personas de la ayuda necesaria para hacer de una situación difícil un ejemplo claro de superación personal.